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sábado, julio 23, 2011

ACTITUDES SEXISTAS.

SEXISMO MODERNO: Se caracteriza por una oposición a las demandas feministas basada en las creencias de que las mujeres ya no son objeto de discriminación, y que las políticas de acción afirmativa no son necesarias.

NEOSEXISMO: Este término hace referencia al conflicto existente entre los valores igualitarios hacia las mujeres y los sentimientos negativos que aún se experimentan hacia ellas.
Los hombres que desarrollan creencias neosexistas son aquellos que perciben los cambios hacia la igualdad entre hombres y mujeres como una amenaza a sus intereses colectivos. Se opondrán a las medidas de acción positiva que intentan favorecer el desarrollo profesional de las mujeres.

SEXISMO AMBIVALENTE: Esta teoría se basa en la asunción de que aunque en la actualidad los hombres continúan teniendo más poder estructural que las mujeres, a su vez son dependientes de ellas para satisfacer sus necesidades heterosexuales y afectivas.

SEXISMO HOSTIL: Es el tradicional: hace referencia al prejuicio o discriminación hacia las mujeres por considerarlas inferiores a los hombres.
SEXISMO BENEVOLENTE: Está basado en una visión estereotipada y limitada de la mujer, pero tiene un tono afectivo positivo y está unido a conductas de apoyo, es decir, se trata de un deseo de los hombres de cuidar de las mujeres, protegerlas, adorarlas y “situarlas en un pedestal”. Ambas formas de sexismo tienen como finalidad última legitimizar la posición subordinada de las mujeres, es decir, la desigualdad de género.


PUNTOS EN COMÚN DIFERENCIAS

Las tres son posturas sexistas y discriminatorias hacia las mujeres.

Las tres generan conflictos sociales (ámbito familiar, ámbito laboral…)

Marcan diferencias entre ambos sexos.

No valoran a las féminas.



Sexismo moderno: se opone a las demandas feministas.

Neosexismo: no aceptación del cambio hacia la igualdad de género y en consecuencia, se oponen.

Sexismo ambivalente: puede ser:
Hostil: Discriminativo y tradicional

Benevolente: tiene tono afectivo positivo y sobreprotector hacia la mujer.






DIFERENCIAS ENTRE EL VIEJO Y NUEVO SEXISMO

El Viejo Sexismo, es una clase de discriminación histórica que culturalmente pasa de generación en generación a través de ciertas diferencias existentes en los roles de género. Es el legado de nuestros antepasados. Si nos remontamos a épocas muy antiguas, desde siempre, la mujer ha sido considerada negativamente en comparación al hombre, (por ejemplo, en el ámbito religioso, Eva fue la primera pecadora, María Magdalena fue repudiada por ejercer la prostitución y en la nobleza, muchas fueron repudiadas y abandonadas por no dar un sucesor varón al marido…y tantos y tantos ejemplos que desgraciadamente nos ha dado la historia). El viejo sexismo no sólo ve a la mujer como “alguien inferior” al hombre, sino que éste se considera en pleno derecho a ejercer poder sobre ella.
En Nuevo sexismo, aunque no difiere conceptualmente del anterior (sigue siendo un modo de discriminación), que sí difiere en la forma de manifestarse. Para un neosexista, la mujer representa una amenaza a sus intereses colectivos, por ejemplo en el ámbito laboral, un neosexista puede aceptar trabajar con mujeres, no obstante, le costará aceptar que una compañera de su mismo rango ascienda a una posición superior (esto conlleva: más autoridad, aumento de sueldo…etc), por ello desde un principio, se opondrá a cualquier medida de acción positiva para favorecer el desarrollo profesional de las mujeres.

RAZONES POR LAS QUE ALGUNOS HOMBRES SE OPONEN A LAS MEDIDAS DE ACCIÓN POSITIVA HACIA LAS MUJERES


Hoy el sexismo se manifiesta de formas nuevas, más sutiles, que pasan desapercibidas pero que siguen perjudicando a las mujeres. Se habla de Neosexismo, entendido como: “la manifestación de un conflicto entre los valores igualitarios junto a sentimientos negativos residuales hacia las mujeres. Este sexismo, aunque está en contra de la discriminación abierta contra las mujeres, considera que éstas ya han alcanzado la igualdad y que no necesitan ninguna medida política de protección impidiendo con ello la igualdad real.” Es por esto que no aceptan y se manifiestan en contra de las medidas de acción positiva hacia las mujeres. También ocurre frecuentemente cuando en una entrevista laboral el entrevistador le pregunta a la posible candidata al puesto el número de hijos que tiene, si tiene intención de tener hijos o simplemente de casarse. Es más hay incluso empresas de dominancia masculina, que descartan directamente a la mujer para ocupar un puesto de trabajo en el que está completamente capacitada para ello, simplemente porque contratar a una mujer “no es rentable” (bajas maternales, hijos, bajas por depresión, etc.).

¿CÓMO INFLUYE EL QUE COEXISTAN CREENCIAS POSITIVAS Y NEGATIVAS HACIA LAS MUJERES EN EL PREJUICIO SEXISTA?

Influye negativamente. Ambas creencias son subconjuntos del sexismo ambivalente. El sexismo ambivalente se caracteriza por la presencia de dos cargas, negativa y positiva: el sexismo hostil y el sexismo benevolente. Ambas ideologías están arraigadas tanto en hombres como mujeres. El sexismo hostil es una ideología tradicional en la que el sexo femenino es subordinado y menospreciado, mientras el sexo opuesto es el que controla y domina; hay antipatía o rechazo por las mujeres ["el sexo débil"]. Por otro lado, el sexismo benevolente se caracteriza por resaltar el lado positivo de las mujeres; rescata aquellos aspectos “positivos” de la mujer ("el sexo bello"), pero que siempre caen en la categoría de sexistas, puesto que, a pesar del giro paternalista ("la niña", “nena”, “muñeca” etc.), continúan basándose en prejuicios.
El sexismo cuenta con formas sutiles y encubiertas de expresión, que pasan desapercibidas y se sumergen en explicaciones y justificaciones que buscan, en el fondo, perpetuar un tratamiento desigual.

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