Mallorcallywood

Qué estrés estas últimas semanas, con tanto famosito paseándose por Mallorca con lo del rodaje de “Clouds Atlas”. Me llamó una amiga para decirme que se había retratado con ni más ni menos que Halle Berry. Algo incrédula le pregunté qué se había estado tomando y ella me contestó que por favor,  mirase el periódico. Efectivamente. Allí estaban posando ante un objetivo. Cuando por fin vi la foto, le devolví la llamada y le pregunté: -¿tú quién eres; la de la derecha o la de la izquierda?

Cuando un famoso quiere ser anónimo, lo primero que hace es mimetizarse con el “populacho”, es decir: aparca sus trajes de diseño exclusivo, le da vacaciones al estilista, al peluquero, al asesor de imagen, al personal training, al que le dice “porque tú lo vales”, etc.,  y  por si mismo se planta en la ventana de su hotel y después de una ardua  tarea de observación,  a “fulanito” le copia el gorro de visera (imprescindible según el manual titulado “Como  se oculta un famoso”), a “menganita” la falda de cuadros y a “Perico de los palotes” le copia la camisa de palmeras hawaïanas, las chancletas del todo a cien, y con maestría y valor sin importarle un pimiento su aspecto,  se va a la calle.  Si es que detrás de un trabajo escultural siempre hay un boceto en bruto.

Y como Halle Berry, el resto del starsystem, bellas y exquisitas posan sonrientes sobre una alfombra, normalmente roja, mientras el resto de mortales las observa desde el sofá de casa, ojeando una revista mientras come endibias,  después de un duro día de jornada laboral (casi siempre mal pagada) de ocho horas, después de correr detrás de un mocoso de tres años que no se quiere comer el maldito plátano, y mientras se está aplicando una buena dosis de Thrombocid (para no tener que amputarse las piernas). No desesperen amigas, cuando vean a nuestra bellísima Pe posando con su Christian Lacroix ataviado con cristales de Swarovski,  con su melena/extensiones al viento que nos sonríe y parece que nos está diciendo: “Jo, tía ver si te cortas las puntas”, no olviden que detrás de la fachada, está el diamante en bruto que somos todas, eso sí,  a excepción de Victoria Beckham, que después de parir a su hija Seven Up, perdón, Harper Seven, aún no sé si lo que ha parido ha sido una niña o un guisante, porque está igual que antes del embarazo. Incomprensible desde el punto de vista biológico, pues se sabe que después de parir el cuerpo de la madre almacena grasa que servirá de alimento a su retoño, no obstante la ex Space Girl pija, se ha pasado por el forro la biología, y ha cogido al cirujano de la solapa y a golpe de talonario le ha dicho: “Quiero entrar en mi Versace así que quítame esto, esto y aquello”, además de comprarse un “milagroso” tratamiento antiestrías valorado en 3.000 euracos, o sea la mitad de lo que cobra un parado anualmente, y allí la tienen, paseándose tan ricamente por la 5th Avenue con su hijita por Prada (- "niña aprende, antes muerta que sencilla") con sus recuperados 45kg. Que ya lo decía Don Francisco de Quevedo: “Poderoso caballero es don dinero”.

Y ya para finalizar no nos olvidemos de que también ellos son dignos de mención, tenemos a Tom Hanks que, después de comerse la paella con su vinito y su copa (en lugar de hacerse una siestecita tan a gustito), coge y se va de excursión por la Serra de Tramuntana, ¡hala, allí a pleno sol a las tres de la tarde! Pero vamos a ver, “alma de cántaro”, que ya se sabe que hay que quitarse el “flotador” que nos afea tanto, ¿pero hay que jugarse la vida en ello?, señor Hanks, que ya no es el jovenzuelo de cuando se estrenó “1,2,3 Splash”, que con el bochorno que está haciendo este mes de septiembre, ¿no ve que le puede dar un jamacuco en medio del bosque? O peor, desorientarse y perderse por el  encinar ¡Recurra a la chequera, usted qué puede y váyase a una clínica de estética en Beverly Hills,  seguro que es menos arriesgado!, batuadell de guiris ¡

Madonna, pasando desapercibida.